Madre no hay más que una.

Y esta es la mía. Mi señora madre.

Hace tan sólo cinco días tuve la suerte de disfrutar de unos días con mi madre, y no quise desaprovechar la oportunidad de fotografiarla. Me hubiese gustado participar de la sesión y haber estado al otro lado de las cámaras abrazándola para celebrar la preciosa relación que tenemos, pero ¡no pudo ser!

Ya hace tiempo viendo los infortunios que una antigua amiga sufría con su madre me dí cuenta de que yo era extremadamente afortunada de tener una relación bonita y saludable con la mía. Por eso sé que lo de subirme a los tópicos, diciendo que «Madre no hay más que una», no me cuesta ningún esfuerzo. Desafortunadamente muchas personas no tienen esta suerte mía (¿nuestra? ¿tuya también?) de poder disfrutar del tiempo que pasan al lado de quien les dio la vida.

Si tú te cuentas entre lo que sí.. por favor, comparte este pequeño texto con tu madre y deséale de nuestra parte un día fabuloso del que disfrutar preferiblemente a tu lado:

«Mamá hoy quiero hacer algo diferente: No voy a pedirte nada, ni a hacerte millones de preguntas sobre como dirigir mi vida; hoy quiero tomar un momento, pensar en lo maravillosa que eres y decirte GRACIAS. Gracias por estar siempre, por ser mi roca, por mantenerme en el camino, por cuidarme, por quererme, por ayudarme en todo y por amarme incondicionalmente. Te quiero mamá»

 

Resulta fácil tener una relación auténtica cuando sientes su amor verdadero, sabes que sus respuestas valen oro, su paciencia es infinita y sus consejos son los más sabios que puedas recibir (aunque a veces no los queramos ni oír); lo malo es que esto la mantiene (erre que erre…) educando y guiando a todos sus churumbeles pese a que ya todos somos grandes y estamos más que criados; andando siempre en modo preocupación en vez de disfrutar la jubilación tranquilamente como podría 😉

Así que supongo que lo esencial en un día como hoy es realmente recordarnos lo maravilloso que puede ser tratarnos amorosamente con nuestra señora madre y poder disfrutar de la relación tan especial que forjamos con ella.

Aprovecha el doble, mantén con tu madre la relación perfecta que te gustaría tener. Dale tu cariño y recibirás duplicado el mismo amor y respeto que le muestras. Sé feliz a su lado. Disfruta su compañía. Atrae su sonrisa. Conserva con tranquilidad el agrado que te supone estar a su vera. Mantente firme y trata de convencerla de disfrutar al máximo todo el tiempo que os quede disponible. Os lo agradeceréis mutuamente.

Recuerda como te sentías cuando antaño te mecía entre sus brazos.

¡Y VEN A CELEBRARLO CON NOSOTROS!