*Imagen: Pablo Picasso

Supongo que esta es una cualidad que casi todas las mujeres desean fomentar recurrentemente. Siempre queremos mostrar nuestro lado más lindo,  delicado,  agradable y jovial, y ser percibidas en nuestra mejor versión de nosotras mismas.

Bueno, reconozcamos que a algunas también les gusta mostrar su lado fuerte y luchador,  y disfrutan mordiendo con la mirada. 😉

Recuerdo una exposición de Picasso, hace unos años en la Fundación Canal de Madrid, que llevaba el nombre de ‘El Eterno Femenino’. Probablemente movida por lo absorbido entonces, haya mi cabeza querido usar una imagen de Picasso para ilustrar la feminidad. Recuerdo, de entre los textos de la exposición, cómo se decía que él admiraba e interrogaba la feminidad a partes iguales en sus creaciones.  Ahora rememorando aquellos textos he hallado la crítica de Lucy McKeon en la que hace alusión a una idea de lo femenino mucho más trascendental que mis propios pensamientos:

«The concept of the Eternal Feminine is the affirmation of Platonic ideals of the Good, the True, and the Beautiful—atemporal and expressed through activities like love and wisdom

Así, ateniéndose a las cualidades que acaban por conformar esa feminidad eterna: lo bueno, lo verdadero, y lo bello suelen reunirse usualmente y vislumbrarse en el modo en que usualmente miramos al ser amado, ese modo en que miramos cuando abrimos nuestro alma y dejamos caer las barreras,  allí es donde parece poderse reconocer esa delicadeza natural, esa frescura inocente -lo bueno,lo verdadero y lo bello- que son sin duda la esencia de toda feminidad radiante.

¿QUIERES QUE RETRATEMOS TU FEMINIDAD?

¡SIN DUDA, INFÓRMAME!

 

 

 

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