Parece ser que tiendo a estar constantemente en un mundo de idílico ensueño. Ando casi siempre ensimismada entre imágenes e ideas que me llenan la cabeza, tratando (en vano) de transcribirlas a un pequeño cuadernito que procuro me acompañe a todas partes. Por fin veo la causa de ese ‘en vano’: es a la vez detonante y culpable. Conmueve los ánimos para potenciar la llegada de más ideas, pero te arrebata, si no fuiste precavida, las que andabas pensando.

«El espectáculo de lo bello, en cualquier forma en que se presente, levanta la mente a nobles aspiraciones.» – G.A.Bécquer

Y yo no es que no sea precavida. Es que de repente, hay sensaciones que me atrapan, arrastrándome fuera de mí, cubriendo mis pensamientos previos de un precioso velo que me impide momentáneamente continuar con mi tarea. Pero me alivia saber que en ningún caso es una pérdida. Au contraire!  es que de esos momentos arrebatadores se compone Mi Felicidad.

¿De qué se compone la tuya?