«Si hubiese hecho caso a mi intuición… esto habría sido sencillamente un camino de rosas (pero sin espinas). A veces el querer ahorrar nos lleva a gastar más por tomar decisiones inadecuadas «
En ocasiones nos encontramos inmersos en un mar de dudas, tratando de dilucidar si de entre las posibles variables que se nos presentan. Y parece que nos vemos en el brete de seleccionar la que ha de ser, sólo y exclusivamente bajo los criterios de nuestra mente racional.
Nadie dijo que elegir/ seleccionar/ decidirse fuese fácil, pero la adecuación a nuestros propios términos sí que es esencial. Qué es valorable para ti, qué te llama más la atención en la vida, qué es lo verdaderamente relevante.
Demasiado a menudo las implicaciones económicas o el qué diran son el motivo por el cual nos guiamos, en vez de atender a nuestra intuición y hacer lo que verdaderamente deseamos hacer.
En nuestro caso, en varias ocasiones hemos visto mermadas nuestras mejores intenciones puesto que el entorno, siempre bienintencionado también, opinaba otra cosa. Y es que a veces hay que confiar plenamente en nuestra intuición y hacer lo que te sale del alma, del corazón, de las tripas, o si no arrepentirte después, porque la intuición es la que te lleva por el mejor camino desde primera hora.
Recientemente hemos atendido un par de clientas -fruto de nuestra promoción para emprendedores- que, aunque conocieron nuestros servicios antes y quedaron prendadas de los resultados que vieron en sus amistades y compañeros, fueron reticentes por un simple plan de ahorro económico que finalmente acabó saliéndoles más caro que a ningún otro: tras probar suerte con varios fotógrafos de Costa del Sol (y pagar por sus servicios, evidentemente) acabaron viniendo a visitarnos, como habían deseado desde un principio, y consiguieron por fin las imágenes de sí mismas que habían deseado obtener desde siempre. Finalmente inviertieron el doble de dinero, muchisísimo más tiempo y de camino hubo un desagradable desasosiego en su autoestima porque no se habían conseguido verse bien representadas.
Ambas nos reconocieron lo mismo, pero aqui está literal el testimonio de Amaia:
» Si hubiese hecho caso a mi intuición cuando pensé en hacerme la sesión fotográfica por primera vez y hubiese ido directamente con vosotras, esto habría sido sencillamente un camino de rosas. Aunque quizá todo este proceso previo de pasar por delante de las cámaras de otros fotógrafos, por sus espacios, por sus modus operandi, por su ilusión o falta de ella… también me han ayudado a apreciar verdaderamente el excelente servicio de Raquel en La Gallarda, y a entender que la experiencia y el servicio recibido vale cada céntimo de lo que pagas por ello. No podría estar más feliz con mis fotografías. Al fin me siento bien y feliz con mis imágenes, y han sido un éxito en la web de mi empresa, y por supuesto entre mis amistades. Recomendable 200%!«